Si se asume que la causa central del conflicto es la pobreza y la desigualdad, lo lógico es buscar responsabilidades en quienes concentran el capital, en el gobierno. Nada raro, entonces, que se quiera traer a los empresarios de manera genérica a la justicia transicional pero que al final los pobres seamos quienes pagan todos los errores. Lo que me lleva a pensar que se trata, en realidad, de la adopción de un ritual cristiano en que alguien debe asumir la culpa de un pecado y expiarlo, sin importar que no lo haya cometido. Igual que se asume la culpa de haber matado a Cristo hace dos mil años para merecer la salvación.

Porque eso es lo que ha pasado en mi familia generación tras generación, mis tatarabuelos tuvieron que vivir la injusticia, las revoluciones políticas y culturales en el auge del paramilitarismo en Colombia, así mismo fueron testigos de que los grandes capitalistas de la época no fueron afectados , pues simplemente las principales empresas capitalistas del país estaban ubicadas en grandes ciudades, donde la amenaza de la guerrilla y el control paramilitar era menor, pero mi familia en cambio tuvo que enfrentar estas disputas en nuestro pueblito natal: el tambo, Cauca, a partir de masacres, disputas y un sin fin de violencia.

Es así como a través de esta trágica tradición familiar, vi la luz en aquel pueblo, donde cursé mis estudios, crecí y compartí junto con mis padres; quienes recalcaron en mi madurez personal la búsqueda de la justicia, sin embargo yo decidí no buscar esa justicia personal que toma represalias, sino a cambio representar todas aquellas injusticias a manera de retazos de esos momentos sin iguales que no solo marcaron mi vida sino la de muchas familias en mi país. Pues había comprendido que la búsqueda de un culpable me llevaría a través de muchos laberintos sin salida.

Así decidí emprender mis estudios en el arte, los cuales dieron fructuosos viajes alrededor del mundo, que me permitieron quitar esa marca de conflicto y desigualdad que había aterrorizado a mis antepasados , y es así como por fin yo y mi familia pudimos deleitarnos en el presente, donde no solo nosotros, sino muchas personas lograron parcialmente ese acometido, pues el gobierno de aquella época logro hacer unos tratados con aquel grupo mayor de violencia, lo que nos permitió aún más entender que la vida es un collage de muchas situaciones , mas que sin embargo debemos refugiarnos en nuestras fortalezas e ideologías y hacer de ese collage algo positivo y justo.